The powerbroker + Epílogo (Norcross 6) - Anna Hackett

6º THE POWERBROKER

Está encubierta en un peligroso club de moteroa y su protector no deseado es el hombre más letal de la ciudad.
La detective de policía Brynn Sullivan está dedicada a su trabajo y está a la altura de la memoria de su padre policía. Está decidida a demostrar su valía en su caso más importante hasta el momento: evitar que una droga peligrosa inunde las calles de San Francisco. Necesita ir de incógnito con el club de moteros más salvaje y peligroso de la ciudad, y eso significa usar cualquier contacto que pueda para entrar allí. Incluso el oscuro y poderoso ex militar que gobierna las calles de la ciudad desde las sombras: Vander Norcross.
Después de años luchando por su país como comandante de un equipo encubierto de Operaciones Fantasma, Vander Norcross ha convertido a Norcross Security en un negocio próspero para mantener a salvo a su familia y amigos. Es un agente de poder en San Francisco, con el dedo en el pulso de lo que está sucediendo, tanto legal como no tan legal. Cuando su amigo le pide un favor a una detective, una mujer encubierta con el MC de Iron Wanderers, Vander no está a bordo. Va en contra de todos sus instintos protectores, pero Brynn demuestra ser tenaz, molesta, inteligente y demasiado tentadora.
Brynn y Vander lanzan suficientes chispas para iniciar un infierno, pero cuando los jugadores peligrosos suben las apuestas, se encuentran con una recompensa por sus cabezas. En la carrera, con solo depender el uno del otro, Brynn descubre que tiene una batalla aún mayor en sus manos: capturar el corazón de un hombre que cree que es demasiado peligroso para enamorarse.

6.5º EPÍLOGO
«Unos meses después La Rotonda del Ayuntamiento de San Francisco era preciosa. Majestuosa, elegante, toda de mármol, con un exquisito techo arqueado, era un lugar impresionante para celebrar una boda.
Brynn se sentó en la base de la larga escalera de mármol. Había flores por todas partes. Enormes y elaborados arreglos de flores de color crema y rosa de todo tipo. El lugar olía divinamente. Los demás invitados hablaban en voz baja. No hay nada como una boda enorme y una recepción del siglo para entusiasmar a la gente.
Ella sonrió. Gia Norcross, futuramente Buchanan, lo hacía todo con estilo.»

Mil gracias a T!