Siendo el pez gordo que era, no dejé que su estatus se interpusiera en mi camino. No pasó mucho tiempo antes de que mis manos estuvieran en sus muslos y mi nombre en un susurro en sus labios. Esta chica inteligente y sexy me inspiró a la grandeza, me ayudó a convertirme en la clase de hombre que nunca supe que quería ser. El hombre que soy hoy.
Lástima que no crecí lo suficientemente rápido para quedármela.
Seguir adelante no fue fácil, pero sabía que tenía que dejarla ir. Eventualmente, encontré a alguien con quien compartir mis días y noches, y juntos tuvimos una hija. Mi vida era casi perfecta hasta que mi mundo dio un vuelco.
Un padre soltero tiene desafíos, y uno de ellos es aprender a lidiar con calma cuando su hija llega a casa llorando. No tenía ni idea de que el día que golpeé la puerta de la compañera de clase de mi hija, Hannah sería la que estaría del otro lado.
El deseo salvaje y ardiente que rugía por mis venas era indeseable, pero imposible de ignorar. Dejarla entrar significaba mucho más esta vez. La culpa me golpeó como un martillo. Me odiaba a mí mismo. La odiaba. El problema era que no la odiaba—la quería más que nunca.
Pero esta vez no puedo tenerla.
Esta vez es mi estatus el que se interpone en nuestro camino. Y enfrentarme a mí mismo podría ser lo más difícil que he hecho.
Mil gracias a PB!
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